Una casa que se llena de tus cosas a la vez que se vacía de ti. Pertenencias que no te corresponden, solo cosas.
Hacemos mucho para mantenernos viviendo, pero todo va cortando hilos contigo y lo que alguna vez fuiste. Todas las partes que fuiste, una insinuación de componenda. Torpemente junto partes, pero no veo las junturas.
¿El duelo es un juego de desocupación? Un empalme de vaciados. Olores, imágenes, gestos.
Dejo que otras cuestiones me ocupen y me llenen, pero es inevitable la soledad que trazan los movimientos. Muebles que cambian de lugar, objetos que colman cajas, bolsas de basura que se retiran, movimientos fatuos y tú no estás.
Y yo no te encuentro, te busco sin éxito en sueños y letras, me leo tus libros de Beckett, subrayo lo que subrayarías, ordeno como ordenarías, me quejo de lo que te irritaría (el despelote), me dispongo a ver fantasmas, pero no estás y solo hay cosas, muchas cosas, una vez más.