domingo, 11 de noviembre de 2018

Reporte

Si te contara que me paso los días mirando las estrellas desde Google Earth, escondiendo la cabeza entre las piernas los cinco minutos que estoy en el baño y puedo intentar recordar qué fue lo último pensado antes de que la extensión del cansancio me arrastrase al sueño turbio anoche. Que me saco rápido los zapatos cuando entro al cuarto en un gesto por abandonarme, me desvisto a tirones para tener un rato más de mirarme en el espejo y no entender de dónde salen tantos moretones. Que me acuesto y me cuesta, intranquila con la vida; escucho que llora y da vueltas en la cama, luego solo  ruido de llaves que gotean y vecinos que martillan, de madrugada martillan.
Que los trámites son largos y las siestas (las fiestas no tanto) son cortas. Que me voy borracha tras dos cervezas escupiendo por si eso a alguien espanta. Que caminar sola de madrugada me cura el espanto, aunque sienta siempre que en realidad estoy arrancando.
Que esto durará un rato (hasta encontrar otra cosa en que ocuparme) y se irá. Que la pena jamás me ha durado tanto.

1 comentario: