sábado, 14 de marzo de 2015

Domingo

Con qué velocidad 
retrocede el cielo 
alejándose de la ventana.


Ladra un perro afuera, 
Santiago se sumergió en gris, 
somos espectadores; 

aunque busques tu reflejo en el vidrio 
jamás hallarás similitud. 


Tu aliento empaña mis lentes. 
Mancho tus dedos de rojo 
con la sangre que gorgotea 
tibia de mi nariz. 


El café se enfría, 
no tenemos apetito, 
hace calor, 
tú no quieres dormir 
pero te seduce mi cuello a la deriva. 


Con qué velocidad 
retroceden mis pensamientos 
al alejarme de ti.

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