lunes, 15 de junio de 2020

Cartografía amorosa

Mapas del afecto
proyectados en el tránsito y recogimiento de los platos
en el envolvimiento y disposición de las frazadas
en la colocación y rastreo de los calcetines
cuando se levanta, ya deshecha,
la cama.

Hay largas distancias entre la preparación de una sopa
la reproducción ordenada de las canciones de un disco
conversaciones reanudadas tras la interrupción del hervidor
o de una riña local 
o de labores ya olvidadas (como la de contestar un correo),
acaudalados de noche y trasnoche.

Se recorren largos caminos del viernes al sábado,
del viernes a la mañana (o la mañana esa de las una de la tarde),
pasos que solo van borrándose
con el eco accidentado de la feria
con el jaleo de las bolsas y el almuerzo
con algún otro desencuentro
y la llamada para pedir el gas.

Algunas jornadas registran más movimiento que otras:
reparo en las fluctuaciones anímicas
en el elemento conversacional
en el estado de agregación de los sentipensamientos.

Mañanas de jetlag
como mañanas de hipomanía;
a veces cuando vuelvo a casa
cartografío los afectos
con la misma detención que revuelvo la sopa
y con el mismo cuidado que quisiera lavarte el pelo.

Trazos de andanza compartida
en estos meses de confinamiento, exhaustivos;
cinemáticamente mi cabeza registra tu trayectoria en la penumbra
desnudo, de la puerta al costado de la cama
pasándote una mano por el pelo
de pie con el pene erecto
mirándome
amoroso.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario