Am I jaded
By the notches on my belt
All I know is where I've been
And how it.
So when the memory comes suddenly
Tears come rolling down, babe don't worry
Just remembering
Not everything was better in the past.
La vigilia se vuelve silueta común.
Me codeo con la reminiscencia
mientras doy vueltas y vueltas en la cama
pensando los giros derviches del sema en el dhikir
que nunca vi, que nunca veré.
El espacio de mi fe se fue esfumando en la medida
que se evaporaba tu tacto, tu gesto, tu soplo.
De pronto dejé de creer en dios como dejé de precisar de ti.
Dolió al principio, como es
que nadie es imprescindible.
Nunca tuve problemas con mi ateísmo:
la incredulidad me hizo la vida fácil,
el esfuerzo mínimo por creer transitó
al empeño máximo de contradecir.
El afán de negación
fue durante mucho el motor de búsqueda,
un manojo de preguntas
que no me molesté en contestar.
Y sin embargo,
entre vórtices vuelve tu imagen
rezando el tasbih,
tocando flauta,
tocando flauta,
y despierta nuevas turbaciones.
Cuando me negaste volver, acercarme
a entender qué tenía de importante
desde niña resistir a creer,
me negaste una parte de mí.
Y cuando intento recordar,
estás tú ahí
desamparándome,
abandonándome a mi suerte,
dándome la espalda.
No me grites cuando supere la crisis
y logre, por fin, exiliarte del sistema.
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